El primer día del resto de mis días

Bueno, como explicar a todo el mundo la enfermedad terminal que me invade, es fácil para quien la ha sentido alguna vez, se llama AMOR. Si Amor porque es lo que he sentido, siento y sentiré.

¿Quién puede atrapar un corazón?

¿Por qué? Muchos se preguntaran, sencillamente porque lo he perdido, por diferentes motivos, difíciles de explicar brevemente. Intentare hacerlo dando una cronología de los hechos más importantes, los relevantes aunque cualquier día que he estado a su lado, ha sido importante.

He perdido lo que daba sentido a mi vida, la ilusión de cada uno de ellos. Sus ojos, su forma de mirar, sus pocas caricias, su carácter, su presencia, su cuerpo, ella.

Un conjunto de casualidades, para los que crean en ellas, otros le llamaran destino, y otros no se como pueden llegar a llamarlo pero es curioso la coincidencia de fechas y el encuentro. Sin entrar en mas detalles por el momento, os diré que la conocí el día de su aniversario de boda, a las 3:30 de la madrugada, sus padres se casaron el mismo día que yo, su hijo nació el mismo día que mi hermano y el santo de una de sus hijas es mi santo también aunque nos llamemos diferentes, entre otras cosas.

Como veréis son muchas coincidencias, demasiadas para no creer en el destino.

Lydia ha sido alguien que me quito el miedo a morir, porque nada mejor me va ha pasar, donde nada tiene sentido sin su presencia, pero al mismo tiempo es terminal, su obsesión es destructora y no es consciente de la fuerza interna que tiene y que no es capaz de explotar. Alguien que me ha dado los mejores días de mi día, pero también los peores, sin duda. Unos y otros.

Argumentare un poco la historia que da para mucho en si misma, breve pero intensa, tres años de convivencia fue el tiempo de mi estancia en su corazón.

Para aquel entonces, en el 2008, yo estaba como Analista Empresarial, si bueno trabaja para una empresa que semanalmente nos daba un cliente, alguna empresa con problemas, en diferentes puntos de la península. Nos enviaba para que en tres días hiciésemos un análisis de la empresa global y le vendiéramos nuestros servicios de organización para solucionar sus problemas, Era un trabajo lleno de adrenalina, donde el momento de cierre, la firma del contrato, no tenia que envidiar nada a una buena partida de poker, y eso que yo solo he jugado con mi amigos a ese juego, pero la incertidumbre, el juego de palabras, los gestos y apoyarse en la formación y conocimiento que tienes, te convierte en un verdadero vendedor especializado, un killer de la venta.

No era un trabajo fácil, había que tener una serie de complementos personales para poderlo desarrollar, sin contar con la presión que sufres, ya que tienes que apostar, primero lo que el cliente puede llegar a firmarte, que le interesa y sobre todo generar la confianza suficiente para que ese acto sea exitoso.