viernes, 29 de abril de 2011

El traslado

Pase un mal fin de semana, no vi a Lydia, solo hablamos brevemente por el  móvil, se notaba en mi estado de animo, me seguía sintiendo mal, tenia ganas de estar solo. Meditaba constantemente sobre las alternativas, lo pros y los contras de la futura situación, tantos DAFO’s que había hecho para los clientes y yo no era capaz de solucionar el mió.

Dejaba a mi hija, estaría bien cuidada, me iba con una mujer que la conocía hacia 6 meses, con tres hijos y unos padres ¿Que futuro tenia esa relación?, ¿Qué hombre se atrevería con esa carga si no estuviera enamorado?, yo no buscaba una aventura, eso lo tenia fácil, mas bien me sobraba, buscaba un proyecto, pero joder me había encontrado el más difícil todavía y el precio era alto.

Estaba confundido, el corazón me decía una cosa y la cabeza otra muy diferente. Necesitaba relajarme. El domingo por la mañana fui a ver a mi padre. Subí al cementerio de Montjuic. Me senté delante de la tumba de mi padre, el silencio era el rey de los ruidos, la vista era panorámica de todo el puerto de Barcelona, con sus barcos entrando y saliendo. Hablaba mentalmente con mi padre, quizá esperando una respuesta, que evidentemente no iba a llegar nunca, pero me relajaba. Yo tenia un lazo especial con mi padre, sobre todo al final de sus días cuando me dijo “Ahora te entiendo Ferry, tantos años y es ahora, cuanto tiempo perdido”. Me relaje, quede en paz conmigo mismo, fume unos cuantos cigarrillos más y me fui, eso si despidiéndome de él y pidiéndole que me perdonase por visitarlo tan de cuando en cuando, y si me podía ayudar desde donde estuviese que lo hiciera porque me iba a hacer falta, deje un beso con mi mano en el mármol de su tumba.

Fui a comer por ahí, solo, no me apetecía estar con nadie, llame a Laia para ver como estaba, parecía que estaba bien y me fui en busca de unos amigos para ver el fútbol, seguro que durante esas dos horas no pensaría en nada. Llame a Lydia, fue corto, quedamos en vernos en el aeropuerto a las 6:00 del lunes. El lunes nos encontramos en el aeropuerto.

-         ¿Qué tal Ferry, como estas?, mientras me besaba y abrazaba. Te veo triste.
-         Bueno Lydia no ha sido el mejor fin de semana de mi vida.
-         ¿Hablaste con tu hija, Ferry?
-         Si
-         Explícame Ferry.
-         No me apetece Lydia, déjalo, ya te explicare. Básicamente ha ido más o menos bien, quédate con eso, ya te explicare.
-         Bueno desayunamos Ferry.
-         Si nos tomamos un café y alguna pasta, que el avión sale en una hora. ¿Has hecho el chek-in Lydia?
-         Si tengo los papelitos por aquí, ahora te los doy.

Entramos en el aeropuerto, pasamos el control cada uno por uno diferente, éramos especialistas, rutina de todas las semanas, pero esta vez hubo una curiosidad, la mujer que iba delante mío la pararon para revisar el maletín que llevaba encima. Era una muchacha muy guapa, vestida de forma extremada, para la hora que era. Evidentemente la cola de mi control se paro, le hicieron abrir el maletín, sorpresa empezaron a sacar cosas extrañas delante de todo el mundo, al poco rato todo el mundo estaba mirando, salvo ella que conservaba una tranquilidad envidiable. Enseguida la pequeña mesa donde abrieron el maletín se lleno de artilugios sexuales, que si unas esposas, unos vibradores de diferentes colores y formas, un dildo enorme, vamos todo un sex shop personalizado. Ella mantenía la calma, vamos más que la calma la normalidad, no se inmuto en ningún momento, dándole explicaciones a la agente de seguridad que la registraba. Por fin pase el control.

-         Bueno Lydia los hay que van preparadas por el mundo, vaya arsenal que llevaba la muchacha.
-         Pues si, y que tranquilidad la suya, no se ha inmutado en ningún momento, Ferry.
-         Supongo que esta acostumbrada, o debe ser alguna actriz porno, la verdad es que la muchacha esta que quita el hipo.

Desayunamos, y nuestra conversación se baso prácticamente en el control. A mi me iba bien no pensaba en mi hija, y lo iba superando poco a poco. Al final nos despedimos, ella para Alicante yo para Santander. Embarque y me dormí como siempre, el avión era un transporte normal para mi que tarde o temprano me pasaría factura.

El lunes recibí el contrato firmado por email, me lo enviaba mi abogado después de verificar las cláusulas. Lo imprimí. Tenía delante de mí el cambio de mi destino o sencillamente seguir mi destino, pero tenia un par de días para tomar la decisión definitiva.
Esa semana estuve muy entretenido con el cliente, me sumergí en él. Fabricaba hélices para barcos. La materia prima utilizada era el bronce, me explicaban sus trapicheos por Blangadesh para la compra de la materia prima en aquellos lugares donde se desmantelaban los barcos, el trabajo inhumano que hacían los niños, etc.

Tenían su pequeño horno al aire libre, con sus moldes de área, el secreto estaba en los moldes, era un cliente interesante, me tenia muy entretenido, y no me dejaba pensar en nada más.

Como siempre cada noche me llamaba Lydia o la llamaba yo, alguien tomaba la iniciativa a la hora acostumbrada. Incluso a veces si no podías dormir llamabas y las conversaciones podían durar más de una hora. La noche del miércoles llamo ella.

-         Hola Amor, me dijo.
-         Hola princesa, como va eso.
-         Lo tengo duro Ferry, son tres socios y no se ponen de acuerdo, había uno que incluso no quería hacer el análisis, no se como voy a salir de esta.
-         No te preocupes, ataca al débil, identifica el comprador, y que empujen contigo contra el reacio. Pero no te agotes, a veces te encuentras con tipos así, y no hay nada que hacer. Identifica a cada cual, y lo haces y si no tiene efecto, retírate lo antes posible, cobra y no malgastes energías.
-         Joder como te quiero Ferry.
-         Yo también Lydia, te quiero mucho, lo que daría por que estuvieras conmigo ahora, aquí a mi lado. Por cierto ya he firmado me he llevado 120 horas, buenas son, he aprovechado que él se quiere retirar y hay que dar formación empresarial a su hijo, arreglarle los costes y un tema de contrato familiar, para que no haya disputas entre los diferentes miembros y se ponga en riesgo la empresa. La verdad es que me he divertido.
-         Pues yo cierro mañana por la mañana, porque el avión me sale por la tarde. Haré lo que me has dicho por la mañana y depende como, al mediodía ya habré acabado.
-         Mira Lydia, mejor que tu que esta ahí no lo sabe nadie, pero por lo que has explicado yo aria eso. Si no firmas no pasa nada, la semana entrante otro, y a otra cosa mariposa. Es lo bueno que tiene este trabajo, el cliente “tonto” te dura 3 ó 4 días como máximo.
-         ¿Ferry como llevas lo del contrato del apartamento?
-         Lo tengo aquí, lo firmare en cuanto llegue a Barcelona, llamare a Montserrat para ultimar la hora, y el sábado nos veremos allí para que me de las llaves. La he llamado hoy y ya le he dicho si le iba bien el sábado, quería que le enviase el contrato escaneado, pero yo aquí no puedo hacerlo, y no tengo ganas de buscar algo por aquí que pueda hacerlo, estoy cansado.
-         ¿Quieres que te acompañe el sábado Ferry?
-         Si te apetece si, paso a recogerte y nos vamos para allá. Pero ya hablaremos en la oficina el viernes.
-         Ferry ¿Sabes que este fin de semana no tengo niños?
-         Si lo se, llevo la cuenta. No se quien la lleva mejor si tu o yo Lydia.
-         ¿Quieres que lo estrenemos Ferry?
-         No hay ajuar, si no si que te diría que si.
-         A por eso no te preocupes Ferry, ya llevare un juego de cama y un par de toallas, lo básico para pasar un día.
-         Pues confirmado, aunque el domingo me gustaría llevarme mis cosas y estar allí instalado.
-         Bueno podemos dormir y te vas el domingo por la mañana, coges tus cosas, me pasas a recoger y te ayudo a colocarlas.
-         No es mal plan Lydia, hablamos. Te dejo que es tarde y hoy he tenido un día durito, ya sabes los cierres siempre son duros, ahora necesitaría tenerte aquí a mi lado y acariciarte para relajarme.
-         No sigas Ferry, que me pones y me dejas mal. Un beso amor.
-         Un besazo Lydia.

Así lo hicimos, como había planeado Lydia. El domingo llegue a casa, hice las dos maletas con lo básico y la ropa de temporada y me fui con un simple ADIOS, lo siento pero esto hace tiempo que no tiene sentido y ya sabes que estaba anunciado. No recibí contestación.

Laia lo sabía y se había ido a pasar el fin de semana fuera a una masia rural. La llame diciéndole que me estaba ya instalando en el apartamento y que esperaba que viniese a conocerlo, me dijo que si que dejase pasar un par de semanas y entonces iría, tomaba el compromiso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por el comentario, me ayudara sin duda