Me desperté tranquilamente, aunque lo primero que hice fue llamar al Cónsul y al Procurador, necesitaba tener noticias antes de las 19:00 para tomar la decisión final, aunque podía esperar al día siguiente hasta el mediodía. Lydia seguía dormida, estaba allí en la cama, relajada, destapada era una lujuria despertarse así, con su dulce compañía.
Me di una ducha.
- Ferry que pronto te has levantado. Me dijo desde la cama mientras encendía el televisor.
- No Lydia, cuando el cuerpo ha querido, ya sabes que duermo poco.
- A mi me apetece holgazanear un poco Ferry.
- Tu misma, si te enganchas mucho no desayunaras, ya son las 10.
- ¿Qué me dices? Me visto y vamos a desayunar.
Cuando llegamos al comedor ya estaban recogiendo, pudimos desayunar, el maître trajo el asiduo cacao natural.
- He oído que hablabas por teléfono.
- Si Lydia he llamado al Cónsul y al Procurador, metiendo un poco de presión, parece que solo me importe a mí.
- Dales tiempo, aun quedan unas horas Ferry.
- Si Lydia pero estamos tan al limite que parece un imposible, me fastidia no depender de mi.
- Bueno ¿Que quieres hacer hoy Ferry?
- Pues no lo se, he visto que el día esta nublado, es posible que llueva, si quieres bajamos un poco a Puerto Plata, comemos por allí, y luego venimos al hotel, no se. ¿Y tú?
- Lo que tu digas, el día está mal, lo que propones parece bueno, pero no tengo ganas de andar mucho.
- Pues damos una vuelta en coche, comemos y nos venimos.
Así lo hicimos, bajamos a Puerto Plata, había buen ambiente a la ciudad que llaman La Novia del Atlántico, fuimos a coger el teleférico del Gran Cristo Redentor, el único teleférico del Caribe, la vista era magnifica, visualizábamos toda la bahía, pero a esa altitud, unos 750 metros , hacia fresquito y no habíamos cogido ninguna chaqueta, con lo que nuestra permanencia no duro mas de una hora.
Bajamos y fuimos hacia la Bahía de Luperon, allí vimos esta actuación callejeras, vendedores ambulantes. Lydia se paraba en todos los sitios, miraba tocaba, su curiosidad no se saciaba nunca. Vimos un vendedor de jugos, Lydia le apeteció uno, era sorprendente como lo miraba mientras se lo preparaba. Fue bebiendo por la calle, saboreando esos sabores que en nuestro país no se encontraban. Tenia hasta una costumbre, siempre que parábamos a repostar gasolina comprábamos un jugo de naranja acida, tan sabroso y barato, era increíble. El día empeoraba por momentos, empezaban a caer gotas de lluvias, débiles pero parecía el anuncio de algo importante.
- Lydia, me parece que es hora de comer, así nos resguardamos.
- Si tienes razón Ferry. Pero déjame entrar en esta tienda que quiero comprarme un recuerdo de estos de ámbar, son baratos.
Lydia removió toda la tienda, terrible espera, para quedarse una de las primeras piezas que vio. Fuimos a comer algo rápido, el tiempo había empeorado y parecía que iba a más.
- Mira Lydia, cuando acabes nos vamos al hotel, esta tormenta esta durando demasiado, aquí no suele ocurrir, cae el chaparrón y a la hora como máximo, se acaba, esto es una tormenta en toda la regla. Me empieza a preocupar.
- No me asustes Ferry.
- No Lydia, intento ser prudente, si pasa algo, es mejor que estemos en el hotel, en un entorno internacional.
- Venga vamonos Ferry que ya estoy nerviosa.
Volvimos al hotel, el aguacero había arreciado bastante, incluso la conducción no fue fácil.
- ¿Qué hacemos Ferry?
- Pues no hay nadie por aquí, mejor nos vamos a descansar hasta la cena si te apetece, antes de cenar nos tomamos algunos refrescos y a dormir, porque no creo que con este tiempo puedan hacer espectáculo.
- Ferry voy a coger unas frutas y galletas del comedor, por si tenemos hambre en la habitación.
- Mientras llamare a Juan Inés para quedar a que hora vendrá mañana a recoger la jipeta.
Cogimos el trenecito, era cubierto, y del trenecito al bungalow que solo había diez metros nos quedamos empapados.
- Joder Lydia como nos hemos puesto en un momento.
- Estoy chorreando, mira como me he quedado, mientras se iba quitando la ropa, cosa que yo también hacia.
- Voy a llamar a la capital. Veamos si hay noticias.
- Si hazlo y que haya suerte.
Hice la llamada y no había noticias.
- No hay noticias Lydia.
- Bueno todavía nos quedan unas horas, esperemos con tranquilidad Ferry. ¿Si jugamos a las cartas a ese juego?
- Bueno, hay que distraerse en algo, no podemos salir, pues montemos nuestro mundo. Pero deberíamos apostarnos algo, ¿No?
- ¿Que quieres apostar Ferry?
- Uhhhh…
- Te veo venir Ferry, que cuando tú te cabreas yo pago las culpas.
- Uhhhh…
- Ya lo tengo Ferry, el que pierda ira a buscar bebidas al bar.
- No seas ingenua Lydia, yo mejor prefiero Uhhhh…
- Venga ya, que me pones nerviosa.
- Nerviosa tú, mira como estamos hablando, como Dios nos trajo al mundo y dices nerviosa.
- Va nos apostamos eso.
- No Lydia Uhhhh…
- Uhhhh… ¿Que Ferry?
- Mira como nuestras partidas son muy largas, nos lo vamos a jugar a cada mano. El que gane una mano, podrá mandar durante tres minutos y el otro tendrá que hacer lo que le digan.
MÚSICA DE FONDO – BACKGROUND MUSIC
- Me vas a hacer trampas, desde que nos conocemos solo te he ganado dos partidas, y cuando yo te gano es porque te engancho en un par de manos, tu me ganas siempre.
- No Lydia, tu manejas bien, mira tienes un aliciente para no perder, así te motivas, o para perder tu sabrás. Empecemos poniendo ambiente. Cogí las bragas del suelo y las colgué en el ventilador, mientras tatareaba la canción de La Casa de Inés, esta vez necesite tres intentos, no fue como la primera vez que fue a la primera. Empecemos. Corta, y la carta más alta da.
- ¿Como iba esto Ferry?
- Bueno Lydia, a ver, que tu sabes como va, vamos a 150 puntos, se dan 15 cartas, te puedes abrir cuando las cartas ligadas en tu mano suman 51, y cuando te abres las pones en la mesa, si los demás jugadores se han abierto pueden jugar con tus cartas también, solo puedes coger la carta del descarte cuando te has abierto, si no robas del montón y haces un descarte y las reglas de ligar cartas son como el Remigio. ¿Alguna duda?
- Hombre tampoco hacia falta tanta explicación Ferry.
- Por si tenías alguna duda. Venga que das tú.
- Muy bien Lydia me has dado nomos.
Fuimos jugando la mano.
- Y cierro Lydia.
- Ya empezamos Ferry. Me has cogido pago 21. ¿Apuntas tú?
- Si claro Lydia. Ahora me toca pedir. Me pido, manteniendo la pronunciación de la o, un beso de Amor.
Lydia me cogió y me beso efusivamente. Así fueron pasando las manos con suertes alternativas, cada vez los pagos eran más caros.
- Bueno Lydia todo esto es una excusa, dejando las cartas encima de la mesita de noche. Ven para aquí. Estuvimos hasta la hora de cenar y porque había hambre.
Fuimos a cenar cominos opíparamente, teníamos que reponer fuerzas, estábamos bajo mínimos en calorías.
- ¿Que Lydia tomamos cava?
- ¿Por qué Ferry?
- Puede ser nuestra última noche aquí, depende que me digan mañana a las doce, tendré que tomar una decisión.
- Bueno, si es así, si que me apetece. Vamos al bar.
Fuimos al bar y tomamos nuestro cava catalán, brindando por nosotros y por el posible éxito. Nos acaramelamos. Finalmente fuimos a la habitación.
- ¿Que Lydia dormimos?
- Me gustaría ver un poco la televisión, y que me abraces.
- Como no Lydia será un placer.
Nos acostamos, fuimos fumando unos cigarrillos mientras Lydia iba viendo la televisión. Yo la abrazaba y pasaba la mano por su vientre, acariciándolo suavemente, pensando en lo que siempre pensaba cuando hacia este gesto, un hijo suyo quería, se lo había pedido dos veces y siempre habíamos decidido que no. Ojala las cosas rodasen bien, eso sucedería y si fuese en este país mejor, tendríamos una nueva oportunidad para ejecutar todos nuestros sueños. El trabajo no nos asustaba, y nuestra entrega era compensatoria de nuestra relación.
Lydia apago la televisión, se incorporo poniendo su cara a corta distancia de la mía, me miro muy fijamente, me beso y dijo la frase mágica, “Donde esta mi bracito, que tengas dulces sueños Amor”. Tu también, le conteste.
A la mañana siguiente me despertó el teléfono.
- Alo dije.
- Si Don en recepción hay un señor que se llama Juan Inés que le espera.
- Dígale que en quince minutos voy. Hasta luego. Colgué el teléfono.
- ¿Quién era Ferry?
- Recepción que me anunciaba que Juan Inés ya está aquí, viene a recoger la jipeta. ¿Quieres despedirte de él?
- La verdad es que si, pero yo voy a tardar más.
- No te preocupes le entretengo, me afeito, me visto y voy para allí, ya vendrás.
Fui a recepción, nos abrazamos Juan Inés y yo.
- ¿Cómo estas?
- Bien Don, he madrugado he cogido la primera guagua para llegar aquí.
- Ahora viene la Doña , Juan Inés que quiere despedirse de ti. Vamos a tomar algo mientras tanto.
- Y si se queda, ya me dirá cuando le traigo la jipeta.
- No te preocupes Juan Inés, de momento devuelve esta, quédate con la fianza como pago de los favores que me has hecho. No confío mucho en que lleguen noticias antes de las doce, creo que nos tendremos que ir.
Estuvimos allí dialogando hasta que llego Lydia, le saludo. Le agradeció su ayuda durante la estancia y lo invitamos a desayunar. Durante el desayuno, íbamos comentando las diferentes anécdotas en las que habíamos convivido y nuestra visita a Puerto Plata, que Juan Inés conocía bien, le recordé la falta de compromiso por parte de su tío con el tema de los vinos. Al final Juan Inés se marcho, con una despedida efusiva por nuestra parte.
- Bueno Lydia, voy a llamar a Santo Domingo a ver si hay noticias.
- Si Ferry es lo prioritario.
Hice la llamada, por la mañana en la capital se habían personado en la fiscalía, y le comentaron que en unos días se pronunciarían, mensaje que me transmitió el Cónsul.
- Bien Lydia ya he hablado con Juan Miguel.
- ¿Qué tal?
- Pues nos vamos Lydia, dice que en breve efectuaran una cita.
- Pero Ferry nos podemos quedar unos días más y esperar a ver que pasa.
- No Lydia, nos vamos. No tiene sentido esperar a algo que en teoría ya tendría que estar hecho, al final las promesas no se cumplen, es un proceso agonizante.
- Creo que te equivocas Ferry.
- Yo creo que no, Lydia. Si sale la vista volveremos, y eso puede pasar en una semana o en un mes, o nunca. Estoy cansado de todo esto.
Lydia se enojo porque no había salido con la suya. Su irritación llego a tal extremo que no nos hablamos en el resto de la jornada. A todo esto tuvimos que soportar un retraso en la salida del hotel de cinco horas, ella estaba sentada en un banco del inmenso hall y yo en otro. Vaya viaje de vuelta me esperaba.
Estas situaciones de niña inmadura no las soportaba, ya había tomado, hacia tiempo, la decisión que en sus momentos de ira o soberbia sería ella la que pagase el coste. A tal extremo llego mi indignación por su comportamiento, que le di el pasaporte y los billetes para que hiciera lo que quisiera, ya estaba cansado, podía soportar la presión externa, pero la interna no tenia sentido, esta falta de comprensión no llegaba a racionalizarla de ninguna forma. Estaba intentando llevar una relación con una persona, que amaba, pero con un escenario complicado, 3 hijos y unos padres, y tenia que ponérmelo todo a la espalda y tirar hacia delante, no me importaba pero lo que no quería eran estos comportamientos de inmadurez, y menos en una persona de cuarenta años, quería estabilidad que creo que no es mucho pedir. Esta inestabilidad me generaba inseguridad, sus reacciones esporádicas de ira no tenían sentido, hacia que fuese muy prudente en volcarme en ella, y de poner en riesgo mis recursos económicos en una aventura que podía arruinarme por completo, y lo que más preocupaba es que habían niños, con eso no se juega. Yo estaba dispuesto a darlo todo, pero debería estar estable, de otro modo no tenia sentido, y mientras más alargase la relación más dolor sentiría, porque a esa mujer la amaba de verdad.
Abandonamos este país tan maravilloso, con un hasta luego. Volvería o volveríamos sin duda un poco más tarde. El retraso en la salida fue debido a la alerta climatología. Más tarde supimos que, estábamos bajo la influencia de cinco ciclones y dos huracanes, en ningún momento tuvimos la sensación de estar en peligro, pero la espera fue un tedio total, cinco horas en el hall del hotel y encima con esa relación enfuruñada.
Esta camción quizá demuestre lo que sentia en esos momentos
____________________________
Un video de mi ciudad por si no la conocéis, y que conste que no trabajo en ninguna agencia de viajes
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por el comentario, me ayudara sin duda